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City Park de Maceió

Como gran parte de nuestro viaje, llegar a este lugar también fue todo un desafío. Habíamos planeado ir caminando, desde donde nos hospedábamos (las afueras de la ciudad de Maceió), si un delirio, menos mal que después de analizarlo un poquito mejor decidimos pagar un Uber.


Nuestro destino era el "Maceió City Park", encontramos de casualidad su existencia en el mapa (si hay una actividad que me gusta mucho es "descubrir" lugares, y este fue un claro ejemplo). Abro Google Maps y me pongo a pasear virtualmente por la ciudad y alrededores y donde veo un claro me acerco... A ver que corno hay acá, decía "Maceió City Park", a ver... ¿Se puede ir? ¿Cuándo abre? ¿Cuánto sale la entrada? Listo, al responder estas tres preguntas ya tenía lo necesario para organizar el próximo paseo.

Maceió es una ciudad conocida por sus playas y por sus atractivos aledaños, que por supuesto, también son playas. Es que es cierto, el color del agua es impactante, la arena blanca blanca y una temperatura anual increíble, para quienes no conocemos el Caribe, las playas de Maceió son una idea muy aproximada.

En mi primer post dedicado a las playas del sur, "Francés, Barra y Gunga" cuento un poco sobre el "Caribe Brasilero", además también podes ver las fotos en el "Almacén de Fotos" donde si te interesó el material podes llevarte una "ventana al paraíso" a tu propia casa.


He charlado con mucha gente que ha visitado este destino y siempre me nombran esta docena de playas paradisíacas, sus actividades acuáticas, las falesías de Gunga, infaltables, pero nadie nunca nos hablo de el parque de la ciudad. Es que en realidad, ni los locales consideran éste parque como un atractivo turístico, hogar de varias especies de la Mata Atlántica y algunos animalitos, es más visitado por lo los runners, que lo utilizan como circuito para entrenar, lo cual me parece también una idea excelente.


Otra vez, mochila lista, los famosos sanguchitos, mate, agua bien fría para calmar la sed, esta vez las zapatillas en lugar de las ojotas (ya que para caminar es lo mas recomendado), cámara, protector solar hasta en las pestañas y re mil por supuesto el repelente.

Los mosquitos no son mosquitos a estas latitudes, son mas parecidos a Pterodáctilos, que sin ninguna piedad te arrancan un cacho de carne, te chupan la sangre y te dejan una roncha que como mínimo te dura 10 días. Sin contar el cuidado que hay que tener sobre las enfermedades que estos transmiten como el Dengue, el Zica y la Fiebre Chikungunya.

Pero no os alarméis, que aquí viene la salvación!!! Con la capa de protector solar y la de repelente se forma un especie de engrudo que mantiene a estos seres del horror bastante alejados y así uno puede disfrutar pegajosamente de los atractivos al aire libre.


Eran las 9 AM, ya estábamos listos en la puerta de la casa donde nos hospedábamos esperando nuestro Uber (Éste servicio e InDriver son súper útiles y baratos para moverse en la ciudad, déjenle el servicio de buses a los locales, por que realmente no vale la pena volverse loco con sus contradictorias lineas de colectivos urbanos y además Google Maps tampoco ayuda mucho). Creí que el camino al parque sería rápido, que ilusa... que estuviéramos a tan solo 11 km no significa que llegaríamos tan rápido. Para que se hagan una idea Maceió es como una V, tiene dos arterias principales, que comunican el centro y las playas con todos los barrios, y por estas arterias van y vienen autos, motos, colectivos, camiones y cualquier vehículo, es una locura el transito en esta ciudad, lo que nos llevó a un viaje de 45 min para poder llegar a destino. Como si fuera poco, el acceso al parque es difícil debido a los lugares por donde circula el camino, nuestro Uber se metió en un barrio en construcción o semi abandonado (todavía no lo decido) que desembocaba en una pendiente interminable que a decir verdad entre el calor y la inseguridad que provocaba el lugar hubiera sido imposible hacerlo a pie.

Finalmente llegamos, el Uber nos dejo en la entrada del parque, un buen hombre nos recibió, nos tomó los datos y nos dio la bienvenida. El ingreso es gratuito, los días y horarios de visitas son de Martes a Domingos de 8 hs a 17hs. El cuidador nos comentó que el parque se conformaba por una ruta principal y que de la misma surgían otras 4 rutas pequeñas, las cuales están indicadas con carteles y donde se pueden avistar diferentes especies de flora y fauna.


Al ingresar lo primero que vimos fue el gigantesco cartel con el mapa del lugar y ya pudimos visualizar los nombres y accesos de las "trilhas" en portugués o senderos en español, las cuales íbamos a conocer. La verdad es que a nosotros uno de los motivos que mas nos movilizaba era encontrar un perezoso, habíamos leído en Internet y también nos comentaron algunos locales que esta especie se podía avistar a simple vista en el parque, así que allí vamos Peretzila!

Empezamos a caminar, no te puedo explicar el calor y la humedad, por suerte las cañas y otro tipo de vegetación forman un hermoso túnel natural en el sendero lo cual hace la experiencia mucho mas agradable debido a la sombra que proyectan.

Si pueden observar en la foto anterior, el cartel no está en las mejores condiciones y en parte es un poco un indicador de como esta el resto del parque. Si bien es un lugar de preservación de la Mata Atlántica y de la fauna local, lo que no está preservada es la infraestructura del lugar, lo cual por este motivo no nos parece extraño que los lugareños no le den tanta importancia a este lugar, y a su vez debido al difícil acceso hasta lo consideren peligroso.


De todas maneras, el parque tiene su encanto, ya estábamos allí, habíamos logrado llegar, el clima acompañaba y estábamos muy ansiosos por encontrarnos a un perezoso.

Estábamos limpiando nuestros pulmones, es tan necesario un lugar así en el medio de la ciudad, productor de oxígeno y preservador de las especies locales. Salvando las distancias, mientras caminábamos y nos embarrábamos en cada sendero me acordaba cuando en nuestro último viaje a la cordillera patagónica nos perdíamos en el camino, nos metíamos en el medio del bosque y nos dejábamos llevar por el encanto de la naturaleza.


Primer parada, una laguna a nuestra derecha, "Lago dos Jacarés", al parecer hogar de yacarés, se ve que estaban medio tímidos ese día, no pudimos ver un solo ejemplar, pero vimos muchas aves, raras, de colores que daban vueltas y luego reposaban cerca del agua, unas valientes la verdad.

También hay un cartel de "I Love Maceió" para quien quiera hacerse una selfie, pero la verdad es que el escenario es mucho mas lindo que ese cartel.

En frente al lago hay como una garita con una ventana, una ventana con vista al mato... ¿Quién pudiera tener esta ventana en su propia casa, no?.

Decidimos ir hasta el final del sendero principal y luego hacer cada uno de los senderitos de los laterales. El sendero principal concluye en una especie de quincho, con varias mesas y bancos de concreto donde se puede descansar, también hay baños.

Llegando al final hay algunos caminitos que se abren, son circulares y se conectan uno con otro, pero lo interesante es que el paisaje en cada uno es distinto, una pasarela de madera en medio de mato y árboles altísimos, una mini laguna, un camino de hojas secas, etc.

Ya era la hora del almuerzo, aprovechamos unos troncos caídos para sentarnos a la sombra, comer nuestros sanguchitos y admirar el entorno, estábamos rodeados de un manto verde de hojas, copas y troncos, respirando aire tan puro que se sentía como se iban limpiando nuestros pulmones.

Todo era paz hasta que sentimos miles de agujas clavándose en nuestras piernas...

Se nos había pasado el efecto del repelente, suspendimos los sanguchitos y la comodidad, había que embadurnarse nuevamente. Y ahora sí, encremados, pegajosos y condimentando los sanguchitos con el resto de repelente que nos quedaba en las manos concluimos nuestro almuerzo.


Emprendimos la vuelta, para visitar los senderitos laterales, cada sendero tenía en su entrada un cartel bastante grande y colorido con el nombre del sendero, la duración de la caminata, la distancia del recorrido y una lista de la flora y la fauna que con suerte podíamos avistar, sobre todo la fauna.

En todo el primer sendero estuvimos atentos a ver si nos encontrábamos un perezoso, pero hasta ese momento no tuvimos suerte. A los minutos nos cruzamos con un guarda-parques y no dudamos ni un segundo en preguntarle... Miren las copas de los árboles, generalmente están en las alturas!, nos dijo, ¿Y qué fue lo que sucedió? Pues por supuesto... Tortícolis, caminamos todos los demás senderos mirando hacia arriba.

No tuvimos la suerte de encontrarnos a los famosos perezosos, quedará para la próxima visita, pero si pudimos ver monos, muchísimas aves de distintas especies, mariposas de miles de colores y arboledas muy extravagantes.

No queríamos perdernos nada y además el cuello ya estaba empezando a doler de tanto buscar perezosos, menos mal que bajamos la mirada... una alfombra de retorcidas y extrañas hojas secas estaban descansando bajo nuestros pies, cuando crees que la naturaleza no puede ser mas perfecta te encontras con estas bellezas:

Nunca fui de observar y admirar tanto una hoja seca, esta linda y tierna costumbre me la pegó mi amiga Amanda, que mientras vivíamos juntas me llenaba el departamento de hojas secas durante todo el invierno, siempre que volvía del trabajo o de la facultad algún ejemplar nuevo traía y así habían folios enteros y algunos libros de nuestra biblioteca repletos de estas amiguitas otoñales.


-Te quiero amiga! Ya te dediqué esta foto en otro momento, pero siempre que la veo me acuerdo de vos, así que te la vuelvo a dedicar. -


Nuestro paseo por el parque de Maceió estaba llegando a su fin, la verdad es que en una o dos horas es posible recorrer todos los senderos, pero nosotros nos tomamos la tarde entera (o en realidad hasta su horario de cierre, las 17hs) para perdernos en este bosque tropical urbano. Al final del paseo o al comienzo, depende el camino que elijan hacer, pueden observar a la derecha del ingreso una pequeña cabaña de madera, abierta, que tiene algunos ejemplares de animales e insectos que viven en el parque, en frascos y disecados con sus respectivos nombres científicos, si no son de impresionarse mucho los invito a que vayan a chusmear es increíble la cantidad de especies que hay a pesar de que es difícil verlos a simple vista.


El Uber que nos llevó de regreso a nuestro alojamiento nos preguntó como y por qué estábamos allí, como les conté al principio del post este parque no es uno de los atractivos turísticos mas fuertes e importantes de la ciudad. El conductor estaba un poco shockeado, por que estábamos los dos solos y habíamos pasado el día entero allí. Desde nuestro punto de vista y experiencia, si se trasladan al parque con un vehículo como un Uber o taxi, se limitan a caminar solo por adentro del parque y luego a la salida también se retiran en Uber o taxi, probablemente pasen una experiencia maravillosa y queden tan satisfechos como nosotros. Al parecer los alrededores del parque no son muy seguros por lo cual no hay que merodear por afuera del mismo, pero como en todo viaje si uno se informa bien sobre el destino, puede llegar a conocer lugares increíbles y vivir experiencias inolvidables.


Si vas a viajar a Brasil no dudes en escribirme por alguna información o si tenes dudas en particular sobre un destino... Acá estoy!.


 
 
 

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2 Comments


Hay que seguir descubriendo lugares increíbles! 😃

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Unknown member
Jul 28, 2020

Increíble lugar. Muchas veces uno nombra Brasil y lo primero que se le viene a la mente son sus playas. Pero hay tantos lugares para conocer que todos parecerían ser sacados de cuentos o pinturas. Definitivamente es un país lleno de sorpresas! =)

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